
Estoy convencido del título. Las pasiones conforman un lenguaje, en tanto son una manera de expresarse y conforman un estilo y modo de hablar y de vivir.
Las pasiones SON un lenguaje, y las pasiones tienen además un lenguaje que le es propio, inherente a cada tipo pasional.
Hablo de pasión sin ánimos de acercarme al Evangelio; hablo de pasión poniéndome en contra de aquellos que la enfrentan con la acción como si fueran cosas opuestas; hablo de pasión negando que ésta pueda representar la pasividad de nadie, por el contrario creo que requiere actividad, acción; hablo de pasión en la vereda opuesta del padecimiento, del lado del disfrute personal...
¿Quién se atreve a decirle a una hinchada revoltosa que su cantito al compás de los pases "oooleee, oooleee" representan una actitud pasiva? Nadie puede negar que la pasión está involucrada en esta acción.
¿Quién se atreve a sumergirse en un tablao flamenco de la profunda Andalucía, y decirle a los cantaores y bailaores que el "olé" del canto del público representa una actitud de padecimiento? Nadie puede negar que la pasión también se encuentra inmersa en esta acción.
¿Quién se atreve a subirse a un escenario, en el centro de un estadio colmado por 60000 personas que vibran y laten al compás del rock&roll y decirles que esa pasión se relaciona con una suerte de perturbación o desorden de sus estados de ánimo? No, no puede relacionarse con eso la pasión.
¿Quién osa sugerirle a un atleta que dejó su vida por quebrar la marca de los 10 segundos que ese esfuerzo, esos años de entrenamiento, esa agitación producto de la carrera de su vida, pueden llegar a relacionarse con un sentir de algo nocivo, dañino, penoso?
El "olé", el "dale campeón", el "¡otra, otra!", la ovación, el aplauso ininterrumpido, la locura momentánea del hincha, del espectador, del aficionado, el esfuerzo suprahumano de quien dedica su vida al deporte, son PASIONES. Es un lenguaje propio. Hay que vivirlo para entenderlo, y hay que entenderlo para vivirlo.
El disfrute máximo, el apetito o afición vehemente a algo sí que es una Pasión. Hablar el lenguaje de las pasiones es productivo, sólo hay que saber traducirlo al español.
¡Y Olé!
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