
Nos lamentamos cuando somos víctima de la inseguridad. Dependiendo del lugar que ocupe cada sujeto respecto a este fenómeno es que cada uno concibe a la “inseguridad” de una manera distinta. Como una mera sensación, exacerbada de la realidad; como una realidad en sí misma, preocupante y temerosa; como algo que es propiedad de otro orden, de otra clase, de otra gente.
Es el momento de hacer una aclaración importante y necesaria. ¿Qué es la inseguridad, objetivamente hablando? Obviamente pasa por el “no estar seguro frente a algo”. En esta ocasión no me refiero a este término en relación a sucesos de violencia física, de crímenes, de delincuencia, sino que estoy hablando sobre otro tipo de inseguridad, que muchos tenemos, que pocos manifestamos, que es la inseguridad emocional.
Esta puede ser tanto o más amenazante que la inseguridad “original”, la que nos parece común, la que leemos en los diarios. Individualmente, la inseguridad emocional se manifiesta a partir de sentimientos de desesperación, de amores exagerados, de confusiones mentales, de falsas expectativas, de sobrevaloración del otro, de sobreestimación de la realidad que nos es esquiva a primera vista.
La inseguridad emocional provoca inestabilidad, tristezas, angustias, pérdidas de control, locura pasajera, preguntas del tipo ¿Por qué a mí? o ¿Por qué hice esto?, ganas de abandonar muchas cosas, pérdida de las esperanzas.
Fortalezcamos nuestras barreras, aprendamos de los errores, no tropecemos nuevamente con una piedra que ya se nos ha cruzado, evitemos divagues emocionales innecesarios.
Se puede. ¿Se puede?.
Es el momento de hacer una aclaración importante y necesaria. ¿Qué es la inseguridad, objetivamente hablando? Obviamente pasa por el “no estar seguro frente a algo”. En esta ocasión no me refiero a este término en relación a sucesos de violencia física, de crímenes, de delincuencia, sino que estoy hablando sobre otro tipo de inseguridad, que muchos tenemos, que pocos manifestamos, que es la inseguridad emocional.
Esta puede ser tanto o más amenazante que la inseguridad “original”, la que nos parece común, la que leemos en los diarios. Individualmente, la inseguridad emocional se manifiesta a partir de sentimientos de desesperación, de amores exagerados, de confusiones mentales, de falsas expectativas, de sobrevaloración del otro, de sobreestimación de la realidad que nos es esquiva a primera vista.
La inseguridad emocional provoca inestabilidad, tristezas, angustias, pérdidas de control, locura pasajera, preguntas del tipo ¿Por qué a mí? o ¿Por qué hice esto?, ganas de abandonar muchas cosas, pérdida de las esperanzas.
Fortalezcamos nuestras barreras, aprendamos de los errores, no tropecemos nuevamente con una piedra que ya se nos ha cruzado, evitemos divagues emocionales innecesarios.
Se puede. ¿Se puede?.
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