24 jun 2009

Un mes de supersubactividad


Más de un mes hace que no escribo en este lugar. Lo extrañaba.


Las costumbres del país donde vivo, de la sociedad en que estoy inserto me dicen que no puedo estar con otra mujer si ya estoy casado con una.


Con la escritura pasa algo parecido, pero responde más a una cuestión de necesidades que de convenciones.


No podía escribir acá porque había otros sitios donde mis palabras debían fluir, y eso impedía a mi mente volar libremente por fuera de esas otras obligaciones adquiridas.




La inconveniente realidad de suponer que un examen parcial globalizador es una buena manera de evaluar conocimientos. No lo es al menos en la forma en que hoy se lo concibe: los hechos demuestran que no hace falta realizar una cursada de cuatro meses para estar en condiciones de dar cuenta de 5 capítulos de un libro. El día que quienes elaboran planes de estudio le den pelota a quienes ejercen la docencia, a quienes la reciben por medio de esa relación pedagógica, a quienes ponen en práctica el famoso sentido común (que es el menos común de los sentidos), se darán cuenta de que tomaron el camino equivocado. Pero mientras tanto, yo abandono algunas actividades para abocarme a rendir los parciales.


Me fue bien, estoy contento.

13 may 2009


Nos lamentamos cuando somos víctima de la inseguridad. Dependiendo del lugar que ocupe cada sujeto respecto a este fenómeno es que cada uno concibe a la “inseguridad” de una manera distinta. Como una mera sensación, exacerbada de la realidad; como una realidad en sí misma, preocupante y temerosa; como algo que es propiedad de otro orden, de otra clase, de otra gente.
Es el momento de hacer una aclaración importante y necesaria. ¿Qué es la inseguridad, objetivamente hablando? Obviamente pasa por el “no estar seguro frente a algo”. En esta ocasión no me refiero a este término en relación a sucesos de violencia física, de crímenes, de delincuencia, sino que estoy hablando sobre otro tipo de inseguridad, que muchos tenemos, que pocos manifestamos, que es la inseguridad emocional.
Esta puede ser tanto o más amenazante que la inseguridad “original”, la que nos parece común, la que leemos en los diarios. Individualmente, la inseguridad emocional se manifiesta a partir de sentimientos de desesperación, de amores exagerados, de confusiones mentales, de falsas expectativas, de sobrevaloración del otro, de sobreestimación de la realidad que nos es esquiva a primera vista.
La inseguridad emocional provoca inestabilidad, tristezas, angustias, pérdidas de control, locura pasajera, preguntas del tipo ¿Por qué a mí? o ¿Por qué hice esto?, ganas de abandonar muchas cosas, pérdida de las esperanzas.
Fortalezcamos nuestras barreras, aprendamos de los errores, no tropecemos nuevamente con una piedra que ya se nos ha cruzado, evitemos divagues emocionales innecesarios.
Se puede. ¿Se puede?.

12 may 2009

Esquirlas de dolor




Los signos crean conocimiento, permiten el desarrollo, el progreso, el crecimiento de lo que se conoce. Los signos crecen, se expanden, nos permiten pensar.


Pero los signos también se degeneran, y no siempre tienen esa faceta tan beneficiosa para nuestras mentes.


En muchos casos, provocan algo mucho menos deseable: desperdigan sobre nosotros esquirlas de dolor, de intriga, de incertidumbre, de inconsistencia, de sinsabores.


Un signo, un símbolo, una señal; pueden producirnos la mayor de las angustias, de las ansiedades, además de quitarnos el conocimiento que creíamos tener.




Démosle revancha al signo, permitámosle ser todo eso que la teoría no le permite: aunque nos haga daño, nos provoque confusiones, nos lastime con sus esquirlas de dolor.


Esto va más allá de un concepto teórico, es algo traído al nivel más terrenal posible, al mundo de la experiencia, al mismo mundo de los temores y los miedos, al mismo mundo de los desafíos y al mismo mundo de las pasiones.


Nuestro mundo de cada día. El que lo sufre. El que se lastima. El que se angustia. El que desespera. El que convulsiona. El de los que se la juegan por lo que sienten y van de frente.

9 may 2009

Asustarse

Hay situaciones de la vida cotidiana que nos asustan.
El silencio. La penumbra. El desarraigo. La soledad. La pobreza. La incertidumbre. Las ganas de determinadas cosas.
¿Nos asustan?
Susto viene de 'suscitare', de provocar cosas, se relaciona con una impresión repentina.
¿Pero es repentino eso que nos asusta?
¿Qué es lo que provoca el susto? ¿Por qué?
A mi me asusta aquello que no sé cómo va a continuar. Aquello a lo que no le encuentro explicación. Aquello que me provoca ansiedad también me asusta. La desilusión me asusta. La posibilidad de pensar en la desilusión me asusta.
Ahora que lo pienso hay muchas cosas que me asustan... me gustaría poder cambiar sustos por esperanzas, sustos por acciones, sustos por alegrías, sustos por ganas de andar juntos...
En todo caso asustémonos juntos, compartamos los sustos: ahí sí me animo a transformarlos en miedos... cuando podamos compartirlos. Y entre dos podemos dejar de tenerlos. Qué paradoja. Quiero tener un miedo para superarlo. Superarlo con vos.

6 may 2009

Duo de a dos

Vivimos en un mundo de oposiciones binarias.
Siempre hay dos elementos que se oponen tajantemente.

Si - No
Odio - Amor
Blanco - Negro
Poco - Mucho
Malo - Bueno

Y siempre nos paramos de un lado o de otro, y pensamos, creemos, actuamos a partir de eso.
Pero en cierto momento aparece una duda:
¿Voy o no voy?
¿Perdono o no?
¿Me ilusiono o no?

Continuamos con oposiciones. Es blanco o negro. Pero además es mi elección del blanco o del negro. Y ya tenemos tres. Mi elección será el tercero, que también será blanco o negro. Y la duda crece, y avanza sobre la creencia, que ya no tiene su lugar.

Y son tres, pero a partir de dos.
Más oposiciones:
Binario o Ternario
Estático o Dinámico

Las oposiciones existen, pero ¿serán dos o tres sus elementos?

Lo digo en DOS palabras: SON TRES.
Y me vuelvo a contradecir.
Y todo vuelve a comenzar.
Y ya no entiendo más.

3 may 2009

El Lenguaje de las Pasiones




Estoy convencido del título. Las pasiones conforman un lenguaje, en tanto son una manera de expresarse y conforman un estilo y modo de hablar y de vivir.


Las pasiones SON un lenguaje, y las pasiones tienen además un lenguaje que le es propio, inherente a cada tipo pasional.


Hablo de pasión sin ánimos de acercarme al Evangelio; hablo de pasión poniéndome en contra de aquellos que la enfrentan con la acción como si fueran cosas opuestas; hablo de pasión negando que ésta pueda representar la pasividad de nadie, por el contrario creo que requiere actividad, acción; hablo de pasión en la vereda opuesta del padecimiento, del lado del disfrute personal...




¿Quién se atreve a decirle a una hinchada revoltosa que su cantito al compás de los pases "oooleee, oooleee" representan una actitud pasiva? Nadie puede negar que la pasión está involucrada en esta acción.




¿Quién se atreve a sumergirse en un tablao flamenco de la profunda Andalucía, y decirle a los cantaores y bailaores que el "olé" del canto del público representa una actitud de padecimiento? Nadie puede negar que la pasión también se encuentra inmersa en esta acción.




¿Quién se atreve a subirse a un escenario, en el centro de un estadio colmado por 60000 personas que vibran y laten al compás del rock&roll y decirles que esa pasión se relaciona con una suerte de perturbación o desorden de sus estados de ánimo? No, no puede relacionarse con eso la pasión.




¿Quién osa sugerirle a un atleta que dejó su vida por quebrar la marca de los 10 segundos que ese esfuerzo, esos años de entrenamiento, esa agitación producto de la carrera de su vida, pueden llegar a relacionarse con un sentir de algo nocivo, dañino, penoso?




El "olé", el "dale campeón", el "¡otra, otra!", la ovación, el aplauso ininterrumpido, la locura momentánea del hincha, del espectador, del aficionado, el esfuerzo suprahumano de quien dedica su vida al deporte, son PASIONES. Es un lenguaje propio. Hay que vivirlo para entenderlo, y hay que entenderlo para vivirlo.




El disfrute máximo, el apetito o afición vehemente a algo sí que es una Pasión. Hablar el lenguaje de las pasiones es productivo, sólo hay que saber traducirlo al español.




¡Y Olé!

La Variedad de lo Diverso


¿Quién dice que lo diverso choca? ¿Quien puede firmar y afirmar que no se puede juntar muchas especies dentro de una misma bolsa sin que se desgarren las almas? El que lo haga sepa que está equivocado.




Quien ve inconsistencia en la variedad es, quizá él sí, un inestable emocional, pobre por no poder apreciar el valor de aquello que nos construye justamente como sociedad, como personas, como muestras culturales: la diversidad.



La desemejanza permite la nutrición mental, la abundancia redunda en las ideas, los pensamientos, la avidez por conocer.




No debemos asustarnos por lo extraño: el extrañamiento es un buen síntoma.


Quien pueda juntar una noche a los más diversos personajes humanos lo podrá saber, lo habrá vivenciado: quien junte un demonio, un ceniciento, un Bill argentino, un millonario empresario, un lacaniano, un borracho de la última hora, un pendejo atrevido, un sabio que más sabe por viejo que por sabio, una jefa patronal de las más jodidas, un arreglotodoconalambrecomosea, un cantaor, un rrpp gay que se sube al primer tren cualquiera sea el destino, una bailaora, una condesa real, un yoguiman que está de vuelta y una organizadora de eventos que los reúna a todos; ése, será quién pueda dar fe de lo que estoy diciendo.



Amemos la diversidad por sobre todas las cosas. Diversidad es normalidad. Diversidad es riqueza.


Juro que hace bien.